viernes, 26 de diciembre de 2008

Museo de fantasmas



A petición de una lectora especial cojo mis bártulos y voy Delicias arriba al museo más fantasmagórico y misterioso de la capital, el Reina Sofía.

No es de estrañar la cantidad de leyendas que rodean a este edificio dado que su origen se remonta nada más y nada menos que a la época de Felipe II, cuando en España no se ponía el sol. Aunque es en el siglo XVIII cuando Carlos III decide ampliarlo debido al crecimiento de la ciudad y sus necesidades. La obra la llevarían a cabo los arquitectos José de Hermosilla y tras su muerte uno de los arquitectos más conocidos de Madrid, Francesco Sabatini.(Si, el de los jardines del Palacio Real). En 1788 se abre oficialmente como Hospital San Carlos y cumplió estas funciones hasta su cierre en 1965.
Tras varios años de abandono, casa de gatos y cobijo de indigentes, en 1977 es declarado Monumento Histórico-Artístico, comenzando su restauración en 1980. Es finalmente en 1992 cuando se inaugura oficialmente como Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.


Entrando ya en cuestiones paranormales, he encontrado varias publicaciones sobre el tema y todas le ponen un nombre propio al causante de los dolores de cabeza de los vigilantes del museo: Ataulfo. Así es como bautizaron al supuesto fantasma los que se tomaban a broma lo que contaban otros compañeros: puertas que se abrían y cerraban solas, voces y gritos, alarmas que se activaban sin motivo, ascensores que subían y bajaban incluso desconectados...

Hace tiempo, en "La Rosa de los vientos" oí hablar sobre la "teoría de la impregnación" a Sol Blanco Soler, una de las personas que llevaron a cabo una investigación oficial en el museo sobre estos sucesos debido a las denuncias de los trabajadores. Esta teoría argumenta que los lugares en los que se han vivido situaciones de alta emotividad quedan impregnados de una energía que posteriormente dependiendo de la capacidad de cada persona se podrá percibir o no. Algo parecido a lo que llamamos intuición pero para los fenómenos ocurridos en el pasado en vez de en los futuros.

Es evidente que el lugar ha tenido una gran carga emotiva y cumpliría estos "requisitos". Durante su época de hospital fueron enterrados en el subsuelo los enfermos que morían por peste y epidemías.También los cadáveres utilizados por los estudiantes de medicina para sus prácticas eran enterrados aquí. Durante la guerra civil fue hospital de sangre, recibía enfermos del frente, pero además había torturas y fusilamientos e incluso llegaron a bombardearlo.

Ya en las primeras obras de rehabilitación de 1980 se encontraron huesos, material quirúrgico, cadenas y grilletes. En 1990 en una nueva remodelación se encontraron tres monjas fusiladas cuyos cuerpos momificados siguen hoy enterrados en la entrada principal.

En una de las investigaciones oficiales Paloma Navarrete la "sensitiva" del grupo, pudo oir los rosarios de las monjas, pudo ver personas atadas que gritaban. Al pasar por una pared sintió que había muertos y que estaban muy enfadados, los operarios que los acompañaban dieron un tajo a la pared y efectivamente allí encontraron tres ataudes.




Cada cual piense lo que quiera, a mi personalmente no me produjo mala sensación pasear por allí ni hacer unas fotos, aunque no me subiría sola al ascensor ni me me gustaría quedarme encerrada cerca del Guernica no vaya a ser que se oigan los gritos...



domingo, 21 de diciembre de 2008

Navidad madrileña

Mirala, mirala la puerta de Alcalá vestida de Navidad.

Otro año más Madrid se viste de luces navideñas, carracas, pelucas y cuernos (de reno) para celebrar las fiestas. Las calles del centro se atestan de gente y los niños cantan a ritmo de un Cortilandia que cada vez es más soso y más aburrido. Aunque los Plutos, que más bien parecen Cujos, y los teletubbies bizcos nos lo hacen un poco más ameno repartiendo sus globos-espada para que los niños no dejen títere
ni padre con cabeza.
Este año quizá sea por la crisis o quizá porque cada vez tienen peor gusto, el caso es que las luces son bastante pobres en algunos casos (calle mayor), psicodélicas en otros (recoletos) y los árboles realmente ¡horrorosos!. Bueno, el de Atocha puede tener un pase (aunque personalmente odio los corazones) pero el de Sol.... puf, prefiero no saber a quien se le ha ocurrido porque así soy objetiva. Es feísimo por mucho que mi sobrina, feliz en los hombros de su abuelo, no se canse de corregirnos y decir que es muy bonito. Al fin y al cabo la Navidad es para los niños ...











La Plaza Mayor se salva. Pero el diez se lo doy a la Puerta de Alcalá, sobre todo porque un lunes a las 7 de la tarde la calle está prácticamente desierta y pueden salir fotos tan chulas como ésta.




"Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo" desde que Carlos III se la ordenara construir a Francesco Sabatini, pero ésta es otra historia que ya tendré ocasión de contar.

Aunque no lo haya parecido, como ya sabéis los que me conocéis ¡me encantan estas fechas! así que Feliz Navidad a todos y próspero año nuevo.

martes, 16 de diciembre de 2008

La iglesia desapercibida























Esta joya del neobizantino madrileño me sorprendió hace ya algunos años al salir del metro Retiro de camino a una cita que tenía en Lagasca. Nada más levantar la vista, la gran cúpula anaranjada y los dibujos de su fachada blanca me hicieron pensar por qué no conocía yo la existencia de esta maravilla. Es lo que nos pasa a los madrileños, que fuera no perdemos detalle pero en nuestra propia ciudad las prisas nos ciegan y nos perdemos así delicias arquitectónicas como ésta.

El exterior te deja con la curiosidad de averiguar si el interior merecerá la pena, y después de estos años, en los que además han realizado la restauración, me he obligado a pasar por allí para comprobar que efectivamente lo merece. Los mosaicos venecianos característicos de este estilo hacen que sea una de las iglesias más bonitas de Madrid, aunque las cuatro personas que encuentro dentro y que se sorprenden al verme con la cámara me demuestran que no es una iglesia muy visitada por turistas, una pena, pero por otro lado casi mejor así se puede disfrutar del silencio, roto solo por mis pasos y el clic de las fotos (que me hacen pasar un poco de vergüenza).





Para los más curiosos decir que su nombre exacto es Parroquia de San Manuel y San Benito en honor al matrimonio que donó los terrenos para su construcción, Manuel Caviggioli y Benita Maurici, catalanes de origen italiano cuyos restos reposan en la iglesia. El arquitecto fue Fernando Arbós, artífice también del Panteón de Hombres ilustres y la basílica de Atocha entre otros.


martes, 2 de diciembre de 2008

La casa de los niños


-Esa es la casa de las madres- me decía siempre la mía cuando nos asomábamos por la ventana del hospital Santa Cristina dónde la suya estaba ingresada.
Como mi cámara está en el bolso, aprovecho la buena vista para hacer unas fotos, pensando "ya buscaré información para ponerlo en el blog si encuentro algo interesante"

El edificio es relativamente moderno, del 1930, actualmente está en concurso para su rehabilitación aunque no he podido encontrar para qué será utilizado cuando concluyan las obras.Lo que si he podido averiguar son algunas de las agridulces historias que guarda entre sus paredes gracias a un amplio trabajo de D. Pedro Espina Pérez muy muy interesante.

En realidad más que "casa de las madres" fue la "casa de los niños", llamada oficialmente "Instituto de puericultura de Madrid" y vulgarmente "nueva inclusa de Madrid".
Fue construido entre 1929 y 1931 porque el edificio destinado a tal uso que por entonces estaba en embajadores era ya un caserón viejo y frío con malas condiciones para los niños. Este sin embargo, iba a ser un centro con grandes ventanales por los que entrase la luz del sol, cesped en el que jugar, solarium, incluso piscina.
Otra de las mejoras fue la sustitución del torno dónde habitualmente dejaban a los niños por una sala más acogedora e íntima en la que Sor Irene consolaba a las madres con voz dulce y cariñosa. Una monja que trabajó en las inclusas desde 1917 hasta su muerte en 1977 registrando y archivando todos los papeles de ingreso, incluso los de las antiguas casas en los que aparece inscrito el héroe de Cascorro Eloy Gonzalo.

Inaugurado oficialmente en el 1933 el 25 de diciembre de ese mismo año, llegan seis niños, algunos con nombre, a otros se los tuvieron que poner y como no podía ser de otra manera fueron Natividad y Jesús, junto con apellido comunes evitando el Expósito, de la Cruz o de Dios típico de los hospicianos.
Se queman las ropas con las que llegan, se archivan las medallas y papeles que tuvieran y se les indica a las amas de cría a cual deben amamantar cada una.
El 6 de enero, los reyes magos no se olvidan del hospicio y llegan con regalos.
Todos los periódicos de la época dedican algún reportaje reconociendo y admirando la gran labor que se hace y lo bien cuidados que están los niños.

Pero en el 36 todo cambia, la situación en Madrid es cada vez peor y repercute en el centro: escacez de alimentos, falta de medicamentos, suciedad, aumento de niños, dos o tres muertes diarias... Todo ello agravado por la sustitución de las monjas por enfermeras poco preparadas y que hacen tan solo la mitad del trabajo. (Las monjas tienen que huir como paisanas ayudadas por los empleados).
A últimos de Octubre, el doctor Jaso Roldán, encargado del centro, recibe la orden de trasladar a todos los niños junto con las nodrizas y enfermeras a Valencia, dándole para ello tan solo unas cajas de leche merengada y 10000 pesetas.

En 1940, acabada la guerra, se retoma la actividad de la casa con una nueva organización en la que se encuentran de nuevo las Hermanas de la Caridad. Se recogen niños menores de dos años de cualquier procedencia: abandonados, de madres viudas, de matrimonios que no tienen medios económicos para mantenerlos... además de madres solteras de lactantes que pueden permanecer junto a sus hijos en la casa a cambio de amamantar también a otros niños. Se podía adivinar cual era el suyo y cual no.
Aunque el edificio tenía buenas instalaciones, éstas estaban ya muy deterioradas por el escaso mantenimiento que tuvieron en los años de la contienda y así las enseñaban a la prensa, aunque
orgullosos, los médicos enseñaban también la mesa en la que realizaban las autopsias donde las hizo anteriormente el profesor D. Ramón y Cajal.

Fotografía 1970 (Historia de las inclusas)

En 1957 crecen las solicitudes de adopciones, y en 1969 se llega a la cifra máxima de 163.
El doctor Javier Matos, director del centro en esta epoca cuenta varias anecdotas en una entrevista:
Algunas parejas devolvieron a niños mulatos cuando al crecer se les oscurecía la piel.
Llevó a cabo una operación de un niño con un soplo en el corazón eligiendo a conciencia para ello a dos médicos sin hijos, uno de ellos adoptó al niño.
Recuerda especialmente el caso de un pequeño que llegó una tarde nevada de Nochebuena, el portero le preguntó qué hacía allí, a lo que el niño dándole un papel le respondió "mi mamá no me quiere".La carta de la madre lo explicaba todo, afortunadamente para él apena estuvo allí unas horas porque el día de Navidad fue a buscarlo una pareja que ya tenía varios niños adoptados.


Todas estas historias y muchiiiiisimas más sobre las inclusas de Madrid pinchando aquí..



miércoles, 26 de noviembre de 2008

Verde que te quiero verde


No se si por casualidad o como homenaje, de este color es la casa señorial de la calle Alcalá en la que vivió Federico García Lorca entre 1933 y 1936.

Suerte que llevaba mi cámara y los ojos bien abiertos cuando me fijé en lo bien cuidada que estaba la fachada y el bonito color que tenía, para mi sorpresa me topé con la placa que recordaba al poeta. Inculta de mi, ni siquiera sabía que pasó parte de su corta vida en Madrid y que además en ese piso fue donde finalizó dos de sus obras: "La casa de Bernarda Alba" y "Yerma".

Por lo visto nada queda ya de la habitación en la que residió pero al menos podrá sentirse orgulloso de que en este mismo edificio haya una gran librería que seguramente alberga todas sus obras.




Según una interesante publicación del día 18 de enero de 1998 en "El mundo", Isabel, una vecina, que contaba por entonces cuatro años, aseguraba que para su familia era un desconocido: «No se le daba importancia. Los artistas no contaban, y Lorca tenía fama de cursi, de raro, con un aspecto un poco miserable. Este era un edificio de gente bien y él era un pobrecito maricuela».

En las revueltas de junio del 36 una bala melló el dintel de la puerta que ya no existe. «Poco ha faltado para que me encontréis muerto» le dijo Lorca a su amigo el pintor José Caballero mientras señalaba el agujero que quedó.
Por desgracia para él esto fue como un aviso, el 18 de Agosto de ese mismo año moriría fusilado en su amada Granada.


¿Será casualidad también esta curiosa veleta en el séptimo balcón que da a la calle Narváez? Quizá algún día lo descubriré, de momento, un fragmento de su poema Veleta.


Las cosas que se van no vuelven nunca,
todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos
es inútil quejarse.
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
¡Es inútil quejarse!

Sin ningún viento.
¡hazme caso!
gira, corazón;
gira, corazón.

lunes, 24 de noviembre de 2008

La torre adornada


A unos pasos del km cero se encuentra una de las plazas más pequeñas y bonitas de la capital, la plaza de Canalejas, cuyo conjunto arquitectónico merece la pena observar y estudiar detenidamente.
Esta vez me quedo en la Casa de Don Tomás Allende, su nombre no lo conocía hasta hoy mismo, para mí era (y es) "el edificio de la torre adornada de Canalejas".

Fue construido como edificio para comercios en su planta baja y viviendas en las superiores proyectado por Leonardo Rucabado (aunque finalizado tras su muerte por Saiz Martínez y Cabello Maíz). Este arquitecto cántabro quiso traernos a Madrid un cachito de su tierra utilizando para ello el estilo montañés y regional, típico de la época (1916-1920).
La solana montañesa de madera bien lustrada en la fachada de la carrera de San Jerónimo, así como los escudos de armas y las torres en ladrillo y piedra adornada con cerámicas del taller del pintor Zuloaga hacen que este edificio sea uno de los más fotografiados por los turistas.















Quisiera saber que sentirían los inquilinos del ático el 31 de diciembre al tomar las uvas con las campanadas del reloj de Sol a la vuelta de la esquina sonando en directo para ellos, sin necesida de encender televisión ni radio.
Afortunados.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Paseo por Delicias



Apenas he encontrado información sobre este edificio que pasa desapercibido en pleno Paseo de las Delicias.
Una curiosa inscripción y un cierto aire meláncólico llamaron mi atención la primera vez que lo ví.
Gracias a la web www.madrimasd.org he podido saber que "fue construido por el arquitecto Julio Martínez-Zapata Rodríguez entre 1901 y 1914 en estilo neomedievalista pero utilizando el ladrillo de la arquitectura neomudéjar madrileña" para albergar el Instituto del Pilar para la educación de la mujer y huérfanas hijas de Madrid. Actualmente es un colegio confesional católico concertado.



Me gusta imaginar que por las mañanas, muy temprano, Sor Josefa, bajita, de piel muy blanca, cara redonda y sonriente, barría la entrada mientras Pepe el lechero con camisa y gorra azul subía hacia Atocha en su bicicleta.
Dentro, por los pasillos, correteaba la pequeña Paloma de pelo negro y ojos grandes que soñaba con ser enfermera.









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