sábado, 11 de julio de 2009
Una higuera
Paseando conmigo misma por las calles más recónditas, céntricas pero silenciosas, metida en mis pensamientos, de repente uno de esos olores que evocan una imagen: una higuera en el patio de una casa jalbegada de una aldea manchega.
No puede ser, doy la vuelta y observo bien el pequeño jardín de entrada del edificio de viviendas con macetas de la calle señores de Luzón.
Efectivamente, ahí está la culpable de mi regreso a los veranos de mi infancia. Una frondosa higuera con varios frutos aún verdes pero que perfuman la calle con ese inconfundible olor que me produce una nostalgia agridulce.
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3 comentarios:
hola preciosa, que bien que los olores nos traigan tan bonitos recuerdos pero ala vez dolorosos , a mí me mata la colonia de nenuco me encanta su olor pero siempre me recuerda a mi madre malita en la uci.en cambio el olor a laca la recuerdo peinandose y acicalándose su ondulado pelo...pero ay que acordarse de los veranos tan bonitos que pasabas correteando por allí y los sollones de las rodillas cuando te caias por aquella cuesta de la calle,bonitos recuerdos a que sí? besitos
Hola guapa, al menos esas pequeñas cosas siempre quedarán y no hay que olvidarlas. Mucho ánimo, un beso.
Os iba a poner otra cosa pero me acabais de matar con los recuerdos...
Por cierto la calle era señores de Luzón, bonito pueblo de Guadalajara cuando pase cerca me paso y pongo alguna foto.
Besos
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