domingo, 22 de febrero de 2009

Como príncipes.

Un pavo Real como el palacio del jardín en el que vive nos recibe muy chulapo con su abanico de plumas bien abierto para darnos la bienvenida a este Campo del Moro que tan olvidado está por muchos madrileños entre los que me incluyo, ya que a pesar de conocerlo sobradamente de vista por ser una de las imágenes más representadas en las guías de Madrid nunca había tenido el placer de perderme por sus paseos. Hoy, por fin con el cielo soleado y más de diez grados de temperatura era el día ideal para hacerlo.


Tras tomar la típica foto y agradecer a nuestro amigo su pose, le dejamos que siga ligando y caminamos hacia el pequeño estanque en el que los patos chapotean bajo la atenta mirada de los paseantes y las bocas abiertas de sus compañeras las ranas de piedra.



Pronto llegamos al chalét de la reina de estilo tirolés realizado por el arquitecto Enrique Repullés a finales del siglo XIX. Del mismo arquitecto (quien por cierto realizó la Bolsa de Madrid), es también el diminuto chalé de corcho de planta octogonal revestido con cortezas de árboles, de ahí su nombre. Sus ventanas tienen unos cristales que cambian de color según les de los rayos del sol y mientras miro a su interior imagino que quizá ahí dentro, un rey, una reina o alguno de sus criados tuvieron un affaire rápido mientras los cortesanos recorrían el parterre.


Fuentes, bosquetes, estatuas, una rosaleda y más de 70 especies árboreas entre las cuales se encuentran algunas con más de ciento cincuenta años
completan este maravilloso paraje de veinte hectareas inspirado en el jardín del palacio de Versalles pero restaurado un siglo después con aire inglés romántico. Utilizado como lugar de caza menor en epoca de Felipe II, para celebrar todo tipo de fiestas durante el reinado de Felipe IV y como parque de paseo para la "plebe" en tiempos del futuro Felipe ¿? también tiene sitio para la leyenda. Y es que, se cuenta que Juan II fue obsequiado con un oso que junto a su domador fue instalado en el jardín. El oso escapó y en días de luna llena campa a sus anchas por el lugar. ¿Estará buscando el madroño?

lunes, 9 de febrero de 2009

¡Con luces de neón!

Tal y como está el tiempo he tenido que tirar de "fototeca" para no dejar esta semana sin entrada.




En pleno Barrio de Salamanca, desde cualquier punto de la calle Goya, vemos como se alza con su aguja de hierro calada, elegante e inmaculada la parroquia de la Concepción.
Cuando cae la tarde, la aureola que corona la escultura de la Inmaculada, da a la iglesia unos tonos azulados que hacen juego con el cielo de Madrid (queda pendiente la foto). Lo más sorprendente es que estas luces son de neón cosa que no gustó mucho en la época pero que a mi particularmente me parecen muy acertadas como remate a la torre de 44 metros de altura y su estilo de "trazas goticistas, con detalles ornamentales modernistas".

Su construcción comenzó en 1902 y aunque las obras finalizaron ocho años después, en 1947 se tuvo que ampliar la cripta debido a las numerosas familias adineradas que querían ser enterradas allí. Aún siendo tan "joven" ya forma parte del Patrimonio Histórico de la ciudad.

El día que tomé las fotos, la iglesia estaba cerrada y solo pude acceder al patio exterior dónde por cierto hay una floristería que le da un cierto encanto.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...