
A petición de una lectora especial cojo mis bártulos y voy Delicias arriba al museo más fantasmagórico y misterioso de la capital, el Reina Sofía.
No es de estrañar la cantidad de leyendas que rodean a este edificio dado que su origen se remonta nada más y nada menos que a la época de Felipe II, cuando en España no se ponía el sol. Aunque es en el siglo XVIII cuando Carlos III decide ampliarlo debido al crecimiento de la ciudad y sus necesidades. La obra la llevarían a cabo los arquitectos José de Hermosilla y tras su muerte uno de los arquitectos más conocidos de Madrid, Francesco Sabatini.(Si, el de los jardines del Palacio Real). En 1788 se abre oficialmente como Hospital San Carlos y cumplió estas funciones hasta su cierre en 1965.
Tras varios años de abandono, casa de gatos y cobijo de indigentes, en 1977 es declarado Monumento Histórico-Artístico, comenzando su restauración en 1980. Es finalmente en 1992 cuando se inaugura oficialmente como Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Hace tiempo, en "La Rosa de los vientos" oí hablar sobre la "teoría de la impregnación" a Sol Blanco Soler, una de las personas que llevaron a cabo una investigación oficial en el museo sobre estos sucesos debido a las denuncias de los trabajadores. Esta teoría argumenta que los lugares en los que se han vivido situaciones de alta emotividad quedan impregnados de una energía que posteriormente dependiendo de la capacidad de cada persona se podrá percibir o no. Algo parecido a lo que llamamos intuición pero para los fenómenos ocurridos en el pasado en vez de en los futuros.
Es evidente que el lugar ha tenido una gran carga emotiva y cumpliría estos "requisitos". Durante su época de hospital fueron enterrados en el subsuelo los enfermos que morían por peste y epidemías.También los cadáveres utilizados por los estudiantes de medicina para sus prácticas eran enterrados aquí. Durante la guerra civil fue hospital de sangre, recibía enfermos del frente, pero además había torturas y fusilamientos e incluso llegaron a bombardearlo.
Ya en las primeras obras de rehabilitación de 1980 se encontraron huesos, material quirúrgico, cadenas y grilletes. En 1990 en una nueva remodelación se encontraron tres monjas fusiladas cuyos cuerpos momificados siguen hoy enterrados en la entrada principal.
En una de las investigaciones oficiales Paloma Navarrete la "sensitiva" del grupo, pudo oir los rosarios de las monjas, pudo ver personas atadas que gritaban. Al pasar por una pared sintió que había muertos y que estaban muy enfadados, los operarios que los acompañaban dieron un tajo a la pared y efectivamente allí encontraron tres ataudes.

Cada cual piense lo que quiera, a mi personalmente no me produjo mala sensación pasear por allí ni hacer unas fotos, aunque no me subiría sola al ascensor ni me me gustaría quedarme encerrada cerca del Guernica no vaya a ser que se oigan los gritos...