sábado, 20 de noviembre de 2010

La virgen mora


De nuevo atendiendo una petición, os voy a contar algo sobre el Madrid medieval.

El nueve de noviembre fue fiesta en la capital y como todas las fiestas (de momento) se celebran en honor a un santo o virgen, en este caso en honor a la Almudena.
Pero ¿por qué este día y no otro?; veamos lo que nos cuenta la historia y sobre todo la leyenda.

Los madrileños del siglo VI veneraban una imagen de la virgen María traída desde Tierra Santa por el mismísimo apóstol Santiago en el año 38 d.C.
En el año 712, con los musulmanes acechando, los habitantes del pequeño pueblo que era entonces Madrid tuvieron la precaución de esconder a su virgen en los muros de la muralla con dos velas encendidas. (Esta historia suele repetirse en otras vírgenes como la de Guadalupe en Cáceres).
Allí estuvo hasta que siglos después, reconquistada ahora si la ciudad, el rey Alfonso VI decidio buscarla para cumplir con la promesa que había hecho al Señor si le concedía la victoria frente a los sarracenos.
Había reconvertido la gran mezquita de Mayrit en iglesia y pretendía llevar allí la imagen para que fuese de nuevo venerada por los cristianos.
El lugar exacto del escondite era un secreto que fue pasando de madres a hijas a través de los años pero ahora la única persona viva que lo conocía lo había olvidado y el rey furioso dio un plazo de dos semanas a los habitantes de Madrid para que encontrasen la virgen. En caso contrario derribaría la muralla y los dejaría abandonados a suerte, indefensos ante cualquier nuevo ataque.
Efectivamente no podían hacer otra cosa que rezar y rezar clamando al cielo para que apareciese.
El día que se cumplía el plazo, (eso es, el 9 de noviembre del 1082) se reunieron en procesión recorriendo los lugares en que podría haberse ocultado a la imagen. Caminaban junto a la muralla por la cuesta de la Vega cuando de repente, María (que casualidad, así se llamaba la chica del secreto) gritó al ver como un muro se resquebrajaba dejando a la luz de las velas aún encendidas (¿?) la apreciada Virgencita más tarde proclamada patrona y llamada "de la Almudena". Unos dicen que por encontrarse frente a un granero (en árabe almud) aunque lo más oido es que procede de la palabra almudayna (muro en árabe).

A unos metros del lugar se ha descubierto una cripta de ladrillo que podría pertenecer a la antigua iglesia de Santa María donde fuese venerada la imagen, además de hayarse tres niveles arqueológicos: uno del siglo XVIII, otro del XVII y otro del IX por lo que quizá la leyenda tenga cierta base...

La imagen que vemos hoy en la catedral -aunque cuando hice la foto estaba tomando el fresco en la puerta rodeada por las miles de flores obsequio de los devotos- es del Siglo XVI, de madera de pino. Cuentan que en su interior guarda fragmentos de la original.




Alcarreño ¿satisfecho?

5 comentarios:

Flores SC dijo...

Satisfechísimo, la época del Cid ya sabes que me gusta, la historia es curiosa, de todas formas creo que se repiten historias de este tipo a lo largo de casi toda la peninsula. Me queda una pequeña duda y ya dejo la chinita, sabes que me gusta fastidiar, yo veo esa imagen y veo una virgen de la Almudena "negra", tengo que reconocer que no la he visto al natural; si es negra está relacionada con otro tipo de cosas como templarios y demás, aunque si es de ese siglo no debería pero...
Besos

Laura dijo...

Si, si, es morenita, ya se por donde vas.. :-) pero efectivamente al ser de esa época no podemos meterla dentro del misterio de las vírgenes negras de Europa. Aún así si tengo tiempo, que ultimamente es dificil, buscaré información sobre ello aunque sea para la nube.
Besos.

Perikiyo dijo...

Es curioso esto de las vírgenes.
Además de las que han aparecido escondidas en muros, están las que son encontradas por pastores o labradores, en mitad del campo. Es el caso de muchas romerías que se celebran por toda España.

Se trataba de vírgenes de campaña, que eran de pequeño tamaño, pues tenían que ser llevadas a cuestas por algún soldado. Servían para celebrar alguna ceremonia religiosa, previa a una batalla, para pedir protección a la Virgen. Si el portador de la pequeña imagen tenía que salir huyendo, dejaba la virgen en pleno campo de batalla y quedaba así perdida.

Al cabo de décadas, la lluvia terminaba decarnando la tierra, quedando así la virgen al descubierto. Algún pastor o labrador la encontraba y se edificaba una ermita en el lugar, a la que se acude en romería para conmemorar el milagro.
Muchas romerías, al menos en Andalucía, han nacido así. El Rocío, la Virgen de la Cabeza, etc.

Perdón por enrollarme, ;)

Saludos.

Criis dijo...

Si es chula la historia(:
lo mejor es que a pesar de todo las velas seguían encendidas jeje.
Un besote!

Ana dijo...

Valla un lio hasta encontrar a la Virgen eso los pasa por esconderla tan bien y que curioso las velas seguian encendidas,que historias.
besitos.

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